Chinches, ¿una plaga mundial?
Paulina Casanova
12 octubre, 2023
Fue a finales del pasado agosto cuando algunos usuarios del metro de la Ciudad de México reportaron que en las ventanas de los trenes había colonias de chinches. La línea A entró en fumigación, luego se expandió a otras áreas e incluso a las instalaciones de los trabajadores de dicho transporte.
En septiembre el tema llegó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde alumnos dieron a conocer la presencia de estos insectos, primero en la Facultad de Química, luego Ciencias Políticas y Sociales, Veterinaria y Derecho, hasta obligar a la Máxima Casa de Estudios a realizar fugimaciones y suspender las clases, para luego dar a conocer que en las revisiones no se había detectado ninguna chinche, y por el uso de los químicos sí se habían dañado otras especies endémicas de Ciudad Universitaria.
Las Facultades de Estudios Superiores, pertenecientes a la UNAM, también cerraron sus puertas para fumigaciones, y le siguió la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), institución fundada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien realizó actividades para combatir la que llamaron “presunta plaga”.
En Europa
Mientras que en México el tema no avanza, por ahora, para ser considerado un tema de salud, donde sí hay estadísticas serias es en Europa.
El centro de miradas es Francia, donde las chinches ya abarcan hospitales, transporte público, cines, habitaciones de hoteles y hogares. París es el punto de partida de la infestación de estos insectos, que a decir de Rubén Bueno, entomólogo y director técnico de la empresa líder en control de plagas Rentokil Initial, están en un repunte importante no visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Se calcula que en el país galo, el 11% de los hogares tuvo o tiene chinches, por lo que las autoridades sanitarias dicen gastar hasta 230 millones de euros anuales en desinfecciones, donde además de la Capital del Amor también se contarían Marsella, Lyon y Burdeos.
Para dichos países el tema también va acompañado de una “teoría de la conspiración”, ya que aseguran que la propagación de insectos podría ser intencionada cuando están a 9 meses de celebrarse ahí los Juegos Olímpicos.
Desde la perspectiva de comunicación, esta situación de plaga podría generar desinformación tanto para competidores como asistentes a las justas, por lo que la derrama económica proyectada podría verse perjudicada.
Ante ello, las autoridades tendrían que preparar de manera urgente su estrategia con mensajes claros y contundentes de previsiones y abordaje del tema, con el fin de generar un ambiente de tranquilidad y confianza al evento, para cumplir con los objetivos estipulados.
Otros más hablan que esta infestación tiene que ver con los inmigrantes; sin embargo, las plagas no se guían precisamente por fronteras. Mientras tanto, el gobierno local pide tomar medidas a nivel ministerial, ya que dan a conocer a los ciudadanos que la propagación es fácil y se puede dar en los asientos de los vehículos, a través de las maletas, la mercancía o las prendas.
De seguir así, una de las soluciones que ha propuesto el gobierno francés es emplear perros entrenados para detectar la presencia de chinches en los trenes y suburbano.
Aunque también explican que la proliferación de esta plaga vendría acompañada del cambio climático, ya que el otoño aparece más tarde y es justo el frío el que suele bajar la incidencia.
España, con menos cantidad, también se suma a los problemas con chinches, específicamente en hospitales y en hoteles, con casos puntuales en el famoso Camino de Santiago o sitios de descanso de turistas.
De fácil proliferación
Una sola chinche preñada, indican, puede colonizar hasta 300 habitaciones de un hotel, además de que suelen vivir mucho tiempo sin alimentarse, casi un año, o pueden picar a otros animales cuando no lo hacen a humanos.
Mudanzas, transporte de muebles antiguos, intercambio de prendas de segunda mano y hasta huecos en la pared son puntos donde piden a la población atender con especial premura la existencia de chinches, así como en los aparatos de calefacción.
¿Crisis sanitaria o miedo colectivo? ¿Qué experiencia has tenido con estos insectos recientemente?
