La economía por encima de la salud

En medio de esta pandemia ocasionada por el Covid-19, los gobiernos comienzan a ceder ante la presión de las fuerzas económicas que se han visto afectadas durante este periodo, un ejemplo claro es la carta que recibió en días pasados el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en la cual 11 Senadores pidieron a Pompeo presionar al gobierno mexicano para incorporar como negocios esenciales a las industrias que proveen a los sectores alimenticios, médicos, de transporte, infraestructura, aeroespacial, automotriz y de defensa; toda vez que mientras México mantenga el cierre de “actividades no esenciales”, las cadenas de suministros seguirán interrumpidas.

Como se puede apreciar en este caso, los grupos económicos en Estados Unidos están ejerciendo presión sobre sus representantes estatales como son los Senadores, para que ellos a su vez ejerzan presión sobre la administración del Presidente Donald Trump, siendo conocedores de que en los 17 meses que va de la administración del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, Donald Trump ha conseguido todo lo que se ha propuesto de la administración mexicana, sobre todo después de que se hiciera pública la parcialidad con la que se impusieron los criterios de “actividades no esenciales” priorizando los caprichos presidenciales como la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, por más descabelladas que parezcan estas inversiones en momentos como el que se vive actualmente, ya que la refinería no representa bajo ningún análisis una inversión inteligente con los precios del petróleo en niveles mínimos históricos y con una clara tendencia mundial que se dirige hacia las energías limpias y renovables.

Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en múltiples estudios por parte de autoridades aeronáuticas internacionales, han advertido sobre su inviabilidad, elevado costo y que quedará ampliamente rebasado en un corto plazo, igual de incómoda es la situación en la cual se encuentra el proyecto del Tren Maya, que arrancó sin un estudio de impacto ecológico, falta de consultas a los pueblos que se verán afectados por la construcción del mismo y la opacidad con la cual se están entregando las concesiones para construir los tramos férreos.

Pero ya que estos proyectos fueron promesa de campaña del presidente López Obrador, se decidió otorgarles la relevancia para ser actividades esenciales y de esta manera poder continuar ininterrumpidamente dichas construcciones aun cuando una parte muy importante de la sociedad mexicana exigía que esos recursos fueran destinados al combate del Covid-19, poniendo en riesgo de contagio a miles de trabajadores que laboran en fábricas que proveen materiales para continuar con estas obras; por su parte, Donald Trump también quiso aprovechar la actual emergencia sanitaria para enaltecer sus propios proyectos de campaña como lo es el muro fronterizo llegando incluso a enviar un mensaje vía Twitter señalando que los estadounidenses tenían mucha fortuna de tenerlo como Presidente, ya que en sus propias palabras el muro fronterizo ha evitado el cruce de personas infectadas con Covid-19 a Estados Unidos provenientes de México, aunque en innumerables notas periodísticas ha quedado exhibida la ineficacia del muro que ha representado hasta el momento una erogación de varios millones de dólares.

Es en estos aspectos, en donde podemos notar la clara similitud en el discurso de ambos presidentes, al intentar aparentar una imagen fuerte y de tener bajo control la crisis sanitaria, que claramente ha superado los sistemas sanitarios públicos de ambos países siendo Estados Unidos actualmente el epicentro de la pandemia y marcando una clara diferencia en la desigualdad que existe entre los servicios de salud con los que cuenta la gran mayoría de estadounidenses y las clínicas hospitalarias de atención privada a la que tienen acceso la minoría más adinerada de los Estados Unidos. Por su parte, en México ni siquiera se cuenta con datos fiables por parte de las autoridades de cuántos casos de contagios hay en el país, ya que el gobierno se ha rehusado desde un inicio a realizar las pruebas suficientes a la población, llegando a ocupar por la OCDE el vergonzoso último lugar de los países que menos pruebas realizan por habitante, con la intención de informar durante toda la emergencia sanitaria el menor número de casos positivos y de defunciones por Covid-19 con el riesgo que esto conlleva.

Es aquí, en donde toma vital importancia el tan ansiado tema electoral en ambos países, por su parte Estados Unidos llevará a cabo elecciones presidenciales el próximo noviembre, por lo que el Presidente Trump tiene especial interés en reaperturar las actividades económicas y tratar de perder la menor cantidad de empleos posibles que golpearía de manera directa a su base electoral, ya que durante su campaña presidencial él se promovió como el presidente del empleo para los norteamericanos; por otro lado, el Presidente López Obrador teniendo en la mira las elecciones intermedias del próximo año, en donde buscará mantener el control sobre el Congreso de la Unión, intentará reactivar una decaída economía aun con discursos disparatados en donde promete la creación de 2 millones de empleos, aunque en la realidad no se vea de dónde pueden generarse dicha cantidad de empleos en un entorno en el cual la pandemia y la falta de apoyos por parte del gobierno están orillando a cientos de pequeñas y medianas empresas al cierre prácticamente definitivo de sus operaciones, mientras empresas y tiendas como Elektra, propiedad de Grupo Salinas, han mantenido sus operaciones sin cambio alguno a pesar de la falta de garantías sanitarias para sus empleados, pero ya que este Grupo ha sido la empresa más beneficiada con contratos por parte de la actual administración, parece que esta situación puede pasarse por alto.

En ambos casos y con la agenda electoral en puerta, hay un tema que parece imponerse a la salud: la economía. En las mencionadas administraciones queda claro que sus proyectos personales resultan ser más importantes a la hora de destinar recursos, que al fortalecimiento del sistema de salud, en el cual han quedado en evidencia las múltiples fallas como lo es la falta de equipo médico adecuado para atender una emergencia, el escaso número de camas y respiradores artificiales, así como la falta de personal capacitado; esto sin mencionar, el escandaloso sobreprecio en el cual se están adquiriendo los insumos médicos necesarios de último minuto ante la clara falta de previsión por parte del gobierno.

Siendo el factor económico la prioridad de los gobiernos, quienes resultamos ser los más afectados somos la población en general, ya que en México la falta de políticas públicas de la actual administración, deja vulnerables a la mayoría favoreciendo muchas veces a la minoría que son los de mayor poder adquisitivo; un ejemplo claro de planeación en México, es haber desaparecido el servicio de salud al cual tenían acceso las personas de menores recursos económicos en el país (Seguro Popular) y creó con la intención de sustituirlo, al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), sin que este estuviera listo para brindar la atención médica de los afiliados al Seguro Popular, poniendo de esta manera en riesgo a miles de personas en el país. Por su parte, el mandatario norteamericano en su plan presupuestario destina a La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) un incremento del 12% con tal de hacer valer su promesa de que el hombre vuelva a pisar la luna en el año 2024, de igual manera, incluye aumentos importantes en su presupuesto para gastos militares, en contraparte reduce el presupuesto en rubros sumamente importantes como es: vivienda en 15% y protección medio ambiental en 26%, solo por citar algunos ejemplos.

Si bien, esta crisis sanitaria no tiene precedente y según los expertos el ser humano deberá aprender a vivir con el coronavirus por varios años, estos gobiernos en particular aún pueden corregir el rumbo de sus respectivas administraciones privilegiando el gasto en materia de salud por encima de caprichos personales, ya que será de vital importancia para todos los países del mundo tomar medidas no solo para combatir la actual emergencia sanitaria, si no será necesario tomar todas y cada una de las medidas al alcance para inhibir y de ser posible evitar futuros brotes, ya que como ha dejado claro el Covid-19, esta no será la última pandemia a la que se enfrente la humanidad y que ha dejado clara la importancia que debemos darle a la salud, porque si bien es cierto que la economía es vital para las familias, es igual de cierto que no habrá economía sin familias, ya que es importante señalar que si hay un punto que se pudiera considerar “favorable” respecto del Covid-19, es su baja tasa de mortalidad con respecto a enfermedades que pudieran resultar mucho más mortíferas para el ser humano.

La Comunicación a prueba

Está claro, la crisis de COVID-19 demanda que los ciudadanos sean precavidos y tomen las acciones y medidas necesarias para evitar propagar el contagio. No se trata de esperar que un gobierno resuelva por decreto una crisis, sino que en el trabajo colaborativo generado desde los medios de comunicación este la respuesta.  La pandemia del coronavirus  ha puesto a prueba a diferentes sectores sociales pero sobre todo a los medios de comunicación tradicionales.

La crisis exige Información veraz y oportuna por parte de sus sociedades

Un estudio elaborado en España da a conocer que ante la crisis de la pandemia  la radio y la televisión son los medios mejor aceptados por la sociedad. Un 48.1% de la población considera que su labor es muy positiva o positiva y otro 28.3% le da una influencia intermedia. Solo la ven como negativa el 10.6% de los ciudadanos.

Situación contraria es lo que marcan a las redes sociales, que son las que salen peor paradas en la información de esta crisis. El fenómeno de las fake news y los bulos, son contundentes: casi cuatro de cada diez personas en el ámbito internacional creen que las redes tienen un papel negativo o muy negativo. Por otra parte, un 31.3% de la gente las ven como algo positivo y el 26.1% considera que su influencia es media.

En esta ocasión la visión negativa generalizada de las redes sociales ha generado más desconfianza que los medios de comunicación tradicionales, lo que sin duda habla de una crisis.

El riesgo, como bien es sabido, nos remite a lo que las personas pueden hacer ante el miedo. Ahí, es precisamente donde se revaloriza la comunicación de crisis y la necesidad de que todo gobierno, en sus múltiples niveles (nacional, estatal y municipal) cuente con una estrategia para un contexto de tal dimensión.

Desde el pasado mes de noviembre del 2019, justamente cuando iniciaba  la ahora pandemia COVID-19 en Wuhan provincia de China, los ojos del mundo empezaron a voltear ante la amenaza que esto representaba para la humanidad y la economía del mundo. La pandemia que en muy poco tiempo alcanzo a España, Italia y desde luego a los Estados Unidos donde los niveles de muerte han sido mucho más elevados que donde originalmente se generó esta crisis,  ha obligado a los medios de comunicación en México estén a la altura de la emergencia no solo para dar a conocer las acciones asumidas desde el gobierno, sino para hacer conciencia entre la sociedad de los estragos que dejará COVID-19 a su paso.

Comunicadores rompen zona de confort en pos de la veracidad, se suben al carro de la  modernidad

El coronavirus como tema en los medios de comunicación sigue escalando en interés y ya domina la agenda. Los clics en los principales portales de noticias ha obligado a los medios de comunicación tradicionales como la Radio y Televisión a materializar el concepto multimedia, dejar atrás la simple y tradicional llamada telefónica para dar paso a la videoconferencia con el único objetivo de dar mayor certidumbre, dar rostro y sustento a la información emitida por los especialistas en medio de una crisis de dudas, cruce de información entre mezclada por intereses políticos y fuera del tema central que es la salud.

Hoy por hoy decenas de espacios informativos lucen como mosaicos, tapizados de imágenes y sonido informativo de manera simultánea. La crisis pandémica y la tecnología obligo a muchos comunicadores a romper su romance con la simple llamada telefónica para informar. Lo que ha fortalecido a la certidumbre informativa en medio de las imprecisiones, llamados a destiempo y posiciones laxas de las autoridades para salvaguardar la vida de nuestra sociedad.

Aspectos personales y familiares a tomar en cuenta en esta crisis

Pero el aspecto médico y físico no es el único que se verá afectado, la economía y las finanzas también se enfrentan a la problemática del Covid-19, puesto que las actividades y los empleos pueden verse fuertemente afectados debido a las restricciones que los gobiernos y las autoridades pongan en las actividades diarias.

SEGUROS MÉDICOS

Es un buen momento para verificar la cobertura de pólizas de seguros de gastos médicos mayores puesto que hay que revisar si tenemos alguna que nos cubra en caso de pandemias. Algunas aseguradoras no cubren eventos de gran magnitud como enfermedades que afecten de forma espontánea y sin control a la población.

SERVICIOS FINANCIEROS

Conocer las limitaciones de los servicios financieros en lo mementos de crisis es fundamental en la medida que estos servicios dejarán de ser presenciales para pasar a ser casi en su totalidad en línea. Se llevarán a cabo muchos programas de apoyo por la banca privada para todos aquellos usuarios de créditos en todas sus modalidades, es muy recomendable logra hacerse de estos beneficios que durante un periodo permitirá destinar todos los recursos económicos a palear las necesidades básicas de la familia y no a pagar deudas.

GASTOS INDISPENSABLES

Particularmente en esta pandemia, es muy importante mantener áreas de trabajo y de vivienda limpias y bien aseadas, por lo que no hay que escatimar en cuanto a recursos de limpieza. Hay que tener listo el gel antibacterial y comprar alimentos vitamínicos pues esto es una buena inversión en caso de que empeore la situación. No hacer gastos fuertes que no tengamos previstos como viajes o estancias en lugares lejanos.

NO MIEDO

Cabe resaltar que no hay que caer en el miedo colectivo con el avance del coronavirus. Las compras de pánico son un ejemplo de lo que hay que evitar. No hay que gastar en tratamientos médicos costosos, pues es sabido que hasta ahora no se ha encontrado un remedio definitivo. Lo mejor es mantenerse informado mediante los comunicados publicados por autoridades como la Organización Mundial de la Salud y las autoridades de salud del país.

El probable inicio del coronavirus

Para poder entender la situación que la humanidad está viviendo actualmente se requiere una mirada de 360º e imaginación; con lo que lograremos comprender el curso de la historia, entrever los vacíos que están agravando nuestros sistemas de vida, y vislumbrar el futuro con soluciones que nos conduzcan a una civilización que nos permita vivir en prosperidad y armonía en común.

Ofreciendo mi punto de vista como profesionista de la Ciencia de la Comunicación, sírvase de él como un puente adicional más de entendimiento, de los ya existentes en los medios de comunicación. No sólo para comprender lo que el futuro nos deparará, sino también como una herramienta visionaria para construir realidades relativas; porque claro está, que la verdad absoluta solamente existe al alcance de una fuerza omnipresente.

Por otra parte, aprovecho el preámbulo para informar que dada la magnitud del continuo crecimiento de ésta naturaleza, mi opinión se tendrá que desplegar periódicamente en próximas publicaciones.

A mi modo de ver, la historia de la pandemia pudo haber comenzado con una gota que derramó el vaso: el devastador incendio que arrasó con millones de hectáreas de vegetación y animales en Australia. Precedido por el incendio del Amazonas, y un poco atrás, el colapso y deshielo de la Antártida. Si ud puede detenerse, no a pensar, sino más bien a dimensionar la increíble gravedad que representa este grado de destrucción ambiental masiva para el planeta, entonces ud estará cerca de comprender el significado real de la pronta extinción de nuestra especie.

Algo muy fácil de decir en textos de ficción o novelas, pero muy difícil para un maduro estado de conciencia.

Haya sido una iniciativa secreta por un presidente perteneciente a un país poderoso, o por varios, o incluso por sociedades de élites como el grupo Beilderberg donde reune a multimillonarios, políticos y banqueros de Europa; los efectos y afectaciones sociales que arrojan la pandemia del COVID-19, aproximan a un urgente plan de emergencia internacional: la purga sobrepoblacional del planeta.

El ejemplo bien puede caber en la misma comparación que un perro cuando al infestarse de pulgas, o el intestino de un ser humano al cundirse de flora bacteriana, en cualquiera de ambos casos se procedería a utilizar una agresiva medicación depurativa para salvar urgentemente a un organismo de agentes invasores.

Ronda por ahí una interesante versión en medios alternativos, en el que se dice que Bill Gates y su esposa sostuvieron un conclave junto con otras figuras de poder, donde se planteó la idea del virus. No se precisan los términos, pero sí induce un mensaje con cierto objeto lucrativo, como el de activar el negocio de las farmacéuticas o químicos. Aunque me sigo preguntando ¿de qué forma podría seguir obteniendo ventajas económicas un apoderado inventor de la tecnología moderna como lo es el dueño de Microsoft en un tema de salud pública? ¿…Biotecnología?, quizás.

Fuera de los riesgos desinfomativos que puedan ocasionar el intentar ver a través del velo hermético que esconde los intereses de una sociedad secreta, preferiré presentar a continuación algunos valores políticos que son más visibles a la luz pública y que son necesarios considerar:

1. El virus fue detonado en un lugar como China, donde la cultura alimenticia era propensa al desarrollo del mismo. Además de ser un país que ha llegado a colocarse entre las tres potencias más importantes del mundo y que debe preocupar a quien se considere reinante del primer lugar.

2. La población principalmente afectada son los adultos mayores. Un sector social que se caracteriza por la improductividad y una vida cercana a la muerte. Por tal motivo, podemos decir que se trata de un virus (de manufactura humana) diseñado perfectamente para acabar con éstas personas.

3. La moneda mayormente favorecida es el dólar, procedente de los EU. País que en los recientes escenarios políticos, ha creado mucha controversia entre los mercados internacionales por la acelerada competencia que le han creado Rusia y China. En un efecto de desaceleración económica, puede permitirse poner en pausa al mundo y recuperar fuerzas, mientras que para otros países, la pausa podría significar crisis y déficit.

4. La hipótesis que señala a China como principal responsable de mutar el virus, argumenta que meses atrás, EU la obligó a firmar un acuerdo internacional en cuya propuesta no estuvieron en nada de acuerdo. A fin de evitar inconveniencias políticas, optaron por firmarlo.

Estoy seguro que todos deseamos que ésta situación sea sólo una cuestión de días para que vuelva completamente a la normalidad. Pero la tendencia es que al menos, en México, comience a agudizarse. La curva del descenso aún no llega. Y al ser un país tercermundista, mínimamente, puedo estimar que una cuarta parte de su población se verá perjudicada, en la salud o en lo económico.

Para ésta clase de adversidades que asola al mundo, la alternativa que parece ser más viable para México, tiene que ver con un valor moral que lo ha mantenido en el rezago del crecimiento: la Solidaridad. Detrás de ella se encuentra nuestra Esperanza; ya que solemos despertar ante el dolor colectivo como recientemente lo vimos en el terremoto del 2017.

Finalmente, a manera de recomendación o salvavidas espiritual, lo que ningún ciudadano del mundo debe permitirse bajo ningún motivo aparente, es que el Miedo entre a sus hogares y a sus corazones.

¿Por qué hay más preguntas que respuestas en la pandemia del Coronavirus?

En mis 20 años de reportero y casi 20 años de comunicador de gobiernos de diferentes colores, he visto y manejado crisis pero ninguna del tamaño y el impacto social y económico de la pandemia del Coronavirus.

Me acuerdo de la devaluación del peso de 1982, la crisis de la deuda, el terremoto de 1985, el Chupacabras, la epidemia del cólera, la gripe porcina, la pandemia del 2009 y ahora la emergencia mundial por el Coronavirus.

Pasé alrededor de 10 años por el sector publico de salud (en COFEPRIS y el IMSS) y nuestra teoría es que comunicar eficientemente una crisis sanitaria nunca ha sido fácil, para ningún gobierno, debido por un lado a que los Estados tienden a maquillar y esconder las estadísticas para no generar pánico y, por el otro, la sociedad civil no confía en los datos del Jefe del Estado ni cree a ciegas lo que le dicen los voceros de la crisis.

En el caso de México, hay que aclararlo, tenemos un problema más grave aún, pues hoy la sociedad está enfrentada y dividida en por lo menos dos grupos, a decir del propio Presidente: el pueblo raso que lo ama y los conservadores corruptos que lo desprecian y el apuestan a su fracaso (me parece que este tema amerita otro texto que abordaré en la siguiente entrega)

Actualmente, las preguntas medulares de los mexicanos siguen en el aire y me voy a concentrar en tres:

1.-¿Cuándo acabará la pesadilla del Coronavirus?

2.-¿Estamos realmente preparados para enfrentar esta pandemia?

3.-¿Los medios y los periodistas le están jugando las contras al gobierno?

No tenemos bola mágica para adivinar el tiempo que durará la pandemia, pero las experiencias de otros países nos permiten afirmar que no será un mes, como lo desean nuestros gobernantes, sino tres o hasta seis meses, dependiendo de cómo manejemos la crisis.

El tigre del Coronavirus lo soltaron (habrá que preguntarse en otra ocasión qué potencia lo soltó) en Wuhan, China, en diciembre pasado y los Chinos lo comunicaron al mundo hasta el 3 de enero de este 2020.

Al igual que muchos gobiernos, los Chinos son expertos en amañar cifras y sus datos siempre son poco confiables, pero tienen mucho dinero en caja y un Estado despótico. No olvidemos que con  todo su poder, el Estado Chino tardó alrededor de 3 meses en levantar por fin esta semana la cuarentena en Wuhan.

En Estados Unidos, el primer caso se reportó el 21 de enero y la curva de contagios sigue creciendo. Aunque el presidente Trump, por razones quizá electorales, también desea, como López Obrador, levantar la bandera blanca el 30 de abril, la realidad es que la crisis sanitaria continúa en ambos países fuera de control y sus consecuencias en la salud publica y la economía de los mexicanos y estadounidenses son impredecibles.

O sea, no hay forma de que la pandemia se acabe en un mes. Ni en México ni en EUA. Esto va para largo. Ojalá me equivoque pero las tendencias marcan que apenas vamos subiendo la montaña  ( México reportó el caso cero el 28 de febrero) y luego habrá que bajarla con los daños a cuestas.

En cuanto a si estamos listos para combatir la pandemia que viene, nuestra teoría es que no, a pesar de lo que afirman nuestras autoridades sanitarias. Yo no conozco una persona que sostenga con datos creíbles y racionales lo contrario, salvo claro el Jefe del Estado y el vocero de la crisis, aunque su palabra se vaya desgastando día con día. Ellos no pueden ni deben decir otra cosa. Y está bien que lo hagan para abonar a la confianza ciudadana.

Sin embargo, la realidad es que el sistema de salud pública ya estaba saturado y no se daba abasto para atender pacientes antes incluso de la crisis. No son pocas las voces bien informadas ni las evidencias que nos advierten que hoy en día NO hay suficientes camas, ni médicos (aunque ya llegaron los primeros Cubanos), ni enfermeras, ni respiradores, ni mascarillas ni pruebas rápidas ni medicamentos para enfrentar la alta demanda de insumos médicos que se nos viene encima.

El tamaño de la crisis ha dejado al descubierto que ninguno de los Estados más afectados estaba preparado, pese a ser grandes potencias económicas, por lo que más nos vale extremar las precauciones. El Presidente ha dicho que vamos bien y que tenemos un gran plan contra la crisis. Ojalá sea cierto.

Finalmente, por la polarización política se está generando lamentablemente un debate nacional que suma cero, en el que nadie gana y todos perdemos. Lo atiza el Jefe del Estado, lo aplaude el llamado Pueblo en las redes sociales y los culpables son la Sociedad y los medios tradicionales de comunicación.

Los medios, dijo el Presidente en la mañanera de este Jueves Santo,  no están ayudando…son voceros de conservadores corruptos, quieren que regrese el regimen corrupto…traen campaña amarillista pero no pasarán…Estarán felices si viene el colapso.

Y los periodistas, no todos, agregó, le apuestan a que nos vaya mal y fracasemos. Es temporada de zopilotes, advirtió.

Dolido, el Presidente se consoló: tenemos el apoyo del pueblo. No se dejen manipular, hay que tener confianza en nosotros mismos. No nos dejemos apanicar por los conservadores.

Yo no creo que los medios, la sociedad o algunos periodistas críticos conspiren contra la 4T y sean el problema, mientras el denominado pueblo es la solución.

Más bien me parece que por comunicar verdades a medias o mentiras completas, la realidad social es otra y, mientras las autoridades sanitarias están perdiendo credibilidad ante la opinión publica, los ciudadanos vamos solos, desunidos, confrontados y sin equipo médico a la temible guerra contra el Coronavirus.

¡Quédate en casa si!

¡Porque afuera no hay quien te salve!

Bienvenidos a nuestro Blog!

Ahora que estamos trabajando en casa por la pandemia del Coronavirus, en CAP hemos decidido crear este BLOG para compartir con nuestros públicos de interés las diferentes reflexiones de quienes colaboramos en esta Agencia de Comunicación y Asuntos Públicos sobre el acontecer nacional y mundial, con el único propósito de aportar algo al debate y tratar de tener más información para la mejor toma de decisiones. Obviamente, hoy el tema central de la agenda es la crisis sanitaria y económica que nos azota, pero la idea es irnos extendiendo a otros temas igualmente trascendentales para el futuro de nuestras vidas.

Las primeras preguntas que nos hacemos son:

¿Qué está pasando con la Comunicación?

¿Cómo entender a los Medios y a los periodistas?

¿Qué pasa con las Relaciones Públicas e Institucionales?

¿Y la Responsabilidad Social Compartida?

¿Y la Publicidad y el Marketing Digital?

¿A dónde van las Redes Sociales,?

¿Qué hacer con la Comunicación Interna?

¿Y el Acceso a los nuevos Poderes?

¿Qué pasa con el Gobierno y la Sociedad?

Esperamos que los textos que vamos ir ofreciendo contribuyan a comprender mejor la delicada situación que estamos viviendo en México y el mundo.

  “La suerte favorece a los audaces” Virgilio. Poeta Romano. [Original: Audaces Fortuna iuvat.]