Salir del closet cannabico

De acuerdo con la encuesta que el diario El Financiero publicó en noviembre de 2020 sobre la opinión de las y los mexicanos respecto a la legalización del cannabis en el país, el 58% sigue estando en contra de su legalización, una postura que parece estar más arraigada en personas mayores de 40 años.

En un mercado con una población de poco más de 127 millones de habitantes y con una tasa de consumo de cannabis aproximada de 2.5% (cifras de New Frontier Data), llama la atención que este siga siendo un tema tabú, es decir, que sigamos viviendo dentro del closet cannabico.

Pero ¿cuáles serían los beneficios de asumir públicamente que se es consumidora o consumidor de cannabis?

En primer lugar, ayudaría a construir un diálogo más abierto y profundo que desmitifique y desestigmatice su consumo en un país que está por convertirse en el más grande del mundo en lo que respecta a producción, exportación y consumo de esta planta.

El uso del cannabis no se circunscribe exclusivamente al plano recreativo. Las y los consumidores de cannabis son también quienes —por citar solo algunos ejemplos— consumen gotas de CBD para dormir mejor o reducir su ansiedad; quienes lo usan en productos cosméticos para mejorar la tesitura de su piel; o los pacientes que viven con una desorden alimenticio o que por razones médicas deben incrementar su apetito.

Ayudaría también a comprender que los derechos ganados por unos, no ponen en riesgo los derechos de otros. Es decir, la legalización del uso adulto de la marihuana en México, no significa que quienes estén en desacuerdo con su uso, ahora estén obligados a consumirla. Por el contrario, los reglamentos que deriven de la ley pondrán en orden los lugares donde quienes consumen marihuana puedan hacerlo libremente sin afectar a otras personas.

Además, conforme el tema deje de ser tabú, permitirá el desarrollo de mejores políticas públicas que a su vez sienten las bases para un mejor y mayor aprovechamiento de esta planta que tiene el potencial de generar en México entre 70  mil y 120 mil empleos directos.

Salir del closet no será una tarea sencilla, pero vale la pena dar los primeros pasos.

Cannabis lo que tenemos y lo que sigue

La aprobación hace unas semanas de la ley federal para la legalizar en México el uso adulto de la marihuana (cannabis), sin duda está lejos de ser una ley perfecta pero es, por mucho, un mejor camino que seguir apostando por una política prohibicionista.

De aprobarse en su totalidad, México se convertiría, después de Uruguay, en el segundo país de América Latina en legalizar el consumo de cannabis y además, junto con Canadá y Estados Unidos, consolidaría a Norteamérica como uno de los mercados lícitos más importantes del mundo.

De acuerdo con cifras presentadas en el Cannabis Mexico Summit, el primero de su tipo que se realiza en el país, el mercado cannabico nacional tendría un valor aproximado de 3.2 mil millones de dólares. Si a eso sumamos las capacidades de exportación que México tiene, los beneficios para el país en el mediano plazo son enormes.

Entonces, ¿qué sigue? Uno de los pasos fundamentales será trabajar en la desmitificación del uso del cannabis haciendo hincapié a través de tres vertientes: Socializar los beneficios y aplicaciones del cannabis; entender y aprovechar los límites que plantea la nueva regulación y finalmente, seguir trabajando para mejorar la ley y los reglamentos que de esta devenguen.

Socializar las aplicaciones y beneficios del cannabis.

El uso de cannabis va mucho más allá de fumar marihuana. Tan solo en el ámbito médico actualmente se estudian aplicaciones potenciales en más de 10 áreas terapéuticas entre las que se incluyen oncología, oftalmología, neurología, oncología, dolor e inflamación y dermatología. A esto sumemos que México tiene una robusta industria farmacéutica capaz de desarrollar investigación con capacidad de ser patentada.

Entender y aprovechar las limitaciones que hoy tiene la ley

La reglamentación hoy impide la publicidad de productos que contienen cannabis o que derivan de este a menos que sea publicidad estrictamente dirigida a médicos. Sin embargo, no impide que las empresas que estén interesadas en desarrollar negocios relacionados con cannabis en México desarrollen campañas de educación al respecto, un nicho que puede ser aprovechado desde este momento.

Seguir trabajando para mejorar la ley y los reglamentos que de esta devenguen.

Es cierto que una de las grandes deficiencias del texto aprobado por diputados es que no considera al cáñamo ni su potencial industrial en México, donde a pesar de que ya se usa, las materias primas deben de ser importadas desde otros mercados como China. Uno de los siguientes pasos sería empujar las modificaciones necesarias que ayuden a detonar todo el potencial del mercado mexicano en este rubro.