La crisis impulsa un cambio cultural en las empresas

El coronavirus obliga a tomar decisiones de urgencia a todos los niveles para minimizar, en la medida de lo posible, su impacto sanitario, social y económico. La cultura empresarial juega un papel relevante a la hora de tomar la drástica y obligada decisión que las empresas (grandes y pymes) han tenido que tomar al enviar a sus empleados a trabajar desde casa con el fin de tratar de mantener su actividad diaria sin que el negocio se vea muy afectado y sin poner en riesgo la salud de sus empleados.

El cambio cultural será importante en las organizaciones, consiguiendo que empresas reacias a estos nuevos modelos de trabajo y de gestión del tiempo, se aboquen a probarlos por obligación, comprueben su viabilidad y sus beneficios no sólo para los empleados, sino también para la productividad y los costos de la compañía, incluso, decidiendo mantener el modelo de forma permanente después que pase la tormenta y todo retorne a la normalidad.

¿La importancia del compromiso y los valores?, esto ahora se pondrá a prueba, las medidas de conciliación, igualdad y flexibilidad laboral jugarán un papel fundamental en el compromiso de las personas con la organización en situaciones difíciles, y ayudará a construir la cultura empresarial, que es una suma de creencias, normas, actitudes, valores, supuestos y maneras de trabajar que comprometen a las plantillas con la organización.

El cambio cultural, una mayor aceptación del trabajo desde casa y la inmersión digital acelerada al que se han visto obligadas muchas empresas, sería la mejor secuela que el coronavirus podría dejar a nuestro tejido empresarial.

El siguiente listado con 5 recomendaciones clave que pueden facilitar una adaptación más ágil y eficiente de las organizaciones.

  • Fomentar el trabajo desde casa. Es una fórmula exitosa que suele mejorar el rendimiento del trabajador y su engagement o sentimiento de pertenencia con la empresa.
  • Mejorar la digitalización. Es imposible mandar a nuestros empleados a desarrollar sus tareas desde casa sin haber llevado a cabo antes una digitalización de nuestros procesos. Contar con servidores alojados en la nube, correctamente protegidos, agilizará las respuestas de nuestra organización desde cualquier punto del mundo.
  • Aumentar la flexibilidad. La persona que trabaja desde casa por la necesidad de cuidar a un familiar no siempre puede ejercer su labor en un horario rígido y férreo, con reuniones y entregas inamovibles. Implantando una comunicación interna fluida es más fácil conocer sus necesidades y limitaciones y poder adaptar el ritmo del trabajo sin perder horas de productividad. Por tanto hay que evitar la rigidez.
  • Potenciar los encuentros virtuales. Contar con sistemas de teleconferencia, multiconferencia, videoconferencia y telepresencia puede ser muy útil en casos como los que vivimos hoy en día. Es una vía rápida, accesible y cada vez más asentada para abordar proyectos de trabajo y estrategias de equipo evitando desplazamientos innecesarios.
  • Impulsar el lado más humano. Sentido común y empatía ¡que no “cunda el pánico”! En estos momentos de incertidumbre para todos es de crucial importancia aplicar el sentido común y el raciocinio apoyando a los compañeros de trabajo que más ayuda pueden necesitar o que sientan mayor temor ante una situación impredecible.