Turismo de vacunas reactiva economía de EU

Para el primer día de junio de 2021, menos del 10% de la población mexicana había recibido una vacuna para protegerse del Covid-19. La situación del país con el que compartimos frontera en el norte es diferente, ya que su campaña de inoculación ha cubierto a gran parte de sus residentes y también abrió desde mayo la opción para que reciban la dosis quienes los visiten.

Armando Bojórquez, presidente de la Asociación de Cultura y Turismo de América Latina, dio a conocer hace unos días al periódico La Jornada, que por lo menos unos 400 mil mexicanos han viajado a Estados Unidos para inocularse, y que la cifra podría llegar a 1.2 millones para finales de octubre.

Consulta Mitofsky también hizo una encuesta entre los mexicanos, a quienes preguntó cuántos conocían a alguien que hubiese viajado a Estados Unidos para vacunarse, y el resultado fue que 4 de cada 10 habitantes de este país saben de un familiar o conocido que ha hecho el llamado “turismo de vacunas”.

Aunque en un principio fueron algunas entidades las que abrieron la oportunidad de inocular a extranjeros, actualmente la lista incluye a Arizona, Luisiana, Texas, Alabama, California, Colorado, Indiana, Iowa, Michigan, Nevada, Nuevo México, Ohio, Carolina del Sur, Tennessee, Virginia, Florida y Nueva York.

El proceso consiste en revisar las citas en Internet, elegir lugar y horario, conocer qué vacuna se recibirá y presentarse. Ahí se deberá mostrar una identificación de que se es mayor de 13 años, el personal médico realiza la inyección y en el lugar se debe permanecer 15 minutos por si se tuviera alguna reacción.

De acuerdo con la agencia de viajes RSC Travel World, entrevistada por la agencia Reuters, los sitios más elegidos por los mexicanos para el turismo de vacunas son Houston, Dallas, Miami y Las Vegas, por lo que se considera que los vuelos hacia estas zonas han subido de precio entre 30 y 40% desde mediados de marzo y hasta la fecha.

El Centro de Investigación en Turismo México, que forma parte de la Universidad del Verbo Encarnado, en San Antonio, Texas, pronostica que uno de cada cuatro personas que llegan a dicho estado son mexicanos en busca de la vacuna, y revelan que el boom de viajar a esta zona para inocularse también ha crecido entre los sudamericanos.

Aunque existen casos de turistas que tienen mayor confianza al servicio médico de Estados Unidos para acceder a una vacuna, la gran mayoría de quienes destinan un presupuesto a viajar para inocularse pertenecen a un rango de edad activo laboralmente, pero no considerado dentro de las estrategias de corto plazo para el plan de vacunación.

En México, actualmente recibieron vacunación los mayores de 60 años, médicos de primera línea de combate al Covid-19, profesores y embarazadas. Parte de la población de entre 50 y 59 años ya tuvieron acceso a su primera dosis.

La última semana de mayo se abrió el registro para los mexicanos de entre 40 y 49 años, aunque las fechas para ser inoculados no se han informado. Para el resto de la población no hay registro abierto ni fecha para que suceda.

“Mis papás me convencieron de viajar para vacunarme, ya que estaban muy nerviosos de que me contagiara por segunda vez. Sufro de alergias y tengo problemas en los bronquios, así que consideré que era buen momento de viajar para cuidarme. Siento que en México vamos muy retrasados, además de que en Estados Unidos tienes la opción de elegir la marca de vacuna que te pondrán y aquí no”, revela Paulina Casanova, Directora de Relaciones Públicas de nuestra agencia, quien viajó a Texas para protegerse del Covid-19. 

Respecto al proceso que siguió para hacer su cita, explica que fue vía Internet, donde encontró las ubicaciones de farmacias o tiendas de autoservicio que tenían registro abierto para inocularse. Si bien el vuelo para la primera dosis pudo encontrarlo a precio accesible, lo complicado fue regresar para para la segunda aplicación.

“Cuando comenzó el turismo de vacunas no nos quisimos arriesgar, no había información clara, pero cuando la situación cambió planeamos un viaje en familia de cuatro días por si estando allá teníamos algún efecto secundario. Al final fue un viaje para turistear también, hacer algunas compras y comer lo típico de la zona”, revela Paulina.

Con INE en mano, el personal no le hizo mayor cuestionamiento y regresó con la tranquilidad de elegir su vacuna y sentirse más protegida en sus actividades y convivencias diarias.

Jessi Solís, de 23 años, y estudiante de Administración, es otro caso del turismo de vacunas. Su argumento para viajar con amigos fue que por su edad no hay fecha para ser inoculada en México, y mientras eso no sucediera se sentiría con el temor de contraer el virus, como ya sucedió con algunos miembros de su familia. 

“Un mes antes de irnos planeamos el viaje, asignamos un presupuesto promedio de 30 mil pesos por persona para el vuelo, hotel, transportes y también para hacer shopping”, revela Jessi.

Toda la información la buscó por Internet, y eligió Miami para su viaje. En su momento, como requisito le pidieron que sus vuelos de ida y vuelta tuvieran diferencia de por lo menos un día, por cualquier reacción que le pudiese provocar la vacuna. Su estancia fue de una semana. Considera que lo único complicado es que no pudo hacer su cita desde México, ya que el sistema sólo permitía guardar un espacio para quienes se conectaran desde Estados Unidos.

Por salud, tranquilidad y, de paso, por salir del confinamiento, el turismo de vacunas es una bocanada de la vuelta a la “normalidad” sin riesgos. Además, se ha convertido en una oportunidad para que diversas zonas de Estados Unidos reactiven sus actividades y recuperen la derrama económica de los visitantes que no tuvieron por varios meses. ¿Será que todo este tema también lo tenía claro Biden al apresurar la inoculación en su país?

Las tendencias de las oficinas “post Covid-19”

A 13 meses de que el gobierno llamara a la población a un confinamiento para evitar la propagación de Covid-19, la Ciudad de México llegó a semáforo epidemiológico amarillo y con ello liberó la oportunidad de que entre 200 y 500 mil personas regresen de manera presencial a sus puestos de trabajo. 

Si bien alguna parte de la población muestra prisa por “salir”, en este tiempo el teletrabajo se ha transformado y es por ello que en CAP, Comunicación y Asuntos Públicos, desciframos algunos datos importantes respecto a los retos que las áreas de Recursos Humanos y de Comunicación Organizacional tendrán que afrontar ante esta “Nueva Normalidad”. 

Por un lado habrá que entender que actualmente en el mercado laboral mexicano conviven hasta cuatro generaciones, desde los baby boomers, que nacieron entre 1946 y 1964, conocidos como los famosos adictos al trabajo. Son quienes prefieren ver a sus equipos cara a cara y quienes priorizan llamadas o constantes juntas de trabajo. Le sigue la generación X, que nacieron entre 1965 y 1979. La mayor parte son dueños o líderes de las empresas y, si bien van directo al grano, no se adaptan tanto al WhatsApp y a las videoconferencias, como a tener el control por correos electrónicos.

Los nacidos entre 1980 y 1995 son los millennials, adaptados al cambio constante, a las crisis económicas y al boom de las tecnologías. Si un trabajo les da prestaciones, podrán manejar sin problema la comunicación por redes sociales o en herramientas que prioricen el tiempo. Y los más jóvenes en el mercado son los centennials, nacidos después de 1996, considerados los únicos “nativos digitales” dentro del mercado laboral, con una conexión promedio de 10 horas diarias, y quienes sin duda sufrieron menos el proceso del teletrabajo.

Terminal, empresa enfocada a la colocación de ingenieros, desarrolladores, programadores y otros profesionales tecnológicos, en Canadá, Estados Unidos y Latinoamérica, dio a conocer que antes del Covid-19, sólo 37% de los trabajadores de su industria tenía la opción del teletrabajo; ahora el 86% labora de esta manera. Además, el 80% de los ingenieros considera que trabajar desde casa y combinarlo con la oficina es una de sus opciones a futuro; mientras que un tercio quiere ser remoto al 100%. Este dato resulta relevante porque del mercado laboral, tal vez son los propios creadores de la tecnología quienes más entienden lo que significa laborar a distancia.

Citrix, creadora de tecnología para mejorar el trabajo digital, y con presencia en 100 países, asegura que sólo 2 de cada 10 mexicanos extrañan trabajar en una oficina y estarían dispuestos a volver a este esquema. Incluso, señalan que el 35% de los trabajadores sacrificarían hasta 10% de su salario si las empresas les ofrecen horarios y sitios más flexibles para trabajar en este punto “post Covid-19”.

El equipo de la empresa Terminal en su encuesta hecha a ingenieros, asegura que el 88% del talento latino de esa industria quiere trabajar de forma remota al menos 3 días o más a la semana. El 72% considera que un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal es uno de los beneficios del home office. De la muestra, 67 de cada 100 son millennials.

¿Qué hace atractivo el home office? Según los creadores de la tecnología colocados por Terminal, dos tercios valoran no desplazarse para ir a la oficina, 61% considera que tiene mayor equilibrio en su vida laboral, el 52% se siente más autónomo, 46% vio mejoras en su productividad, 37% se siente menos estresado y 22% considera que la comunicación con los equipos es más proactiva.

¿CÓMO SE PRONOSTICA EL REGRESO?

Así como adaptarse al teletrabajo fue una tarea que llevó ciertos procesos, el regreso a las oficinas también tendrá fases. Por lo pronto, el Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer algunas directrices: se permite un aforo máximo de 20% del personal, por lo que serán las empresas quienes decidirán si una parte del equipo seguirá en home office o si turnarán las visitas del personal de manera escalonada a las oficinas. Además, se seguirá el sistema de QR para registrar accesos y controlar posibles contagios, y se les pide que exista un programa de pruebas Covid-19 una vez por semana.

Al interior de las áreas de trabajo, las compañías deberán hacer inversiones, tanto para el acondicionamiento físico de las áreas como para revisar que el personal cumpla con medidas que van desde las básicas como el uso permanente de cubrebocas, acceso controlado con citas a personas ajenas al edificio, mantener la sana distancia, no permitir que se compartan objetos como plumas, papeles, organizar juntas presenciales de máximo 6 personas; u otras tareas más complejas como dar mantenimiento continuo al aire acondicionado e instalar mamparas para dividir los espacios de trabajo.

Si bien algunas oficinas harán estas adaptaciones y buscarán regresar poco a poco a los modelos de trabajo que tenían antes de la pandemia, Panduit, desarrollador de soluciones de infraestructura física de hardware y software, a través de los pedidos de sus clientes comparte la tendencia de las oficinas “post Covid-19”.

Por un lado aseguran que las empresas están dando la misma importancia a las TI (Tecnologías de la información) que a las TO (Tecnologías de la operación), ya que por cuestiones de seguridad de su propio personal, deberán tener menor número de colaboradores físicamente en las oficinas, automatizarán algunos procesos y ante todo eso necesitarán que el flujo de trabajo se dé con la misma calidad.

Panduit comparte que antes de la pandemia, las empresas buscaban meter al mayor número de trabajadores con sus equipos de trabajo en un espacio pequeño, mientras que ahora las oficinas se ambientarán en una especie de co-working, donde los metros cuadrados serán compartidos y los usará quien en ese momento tenga la necesidad de dejar el teletrabajo para hacer una acción específica en la oficina.

EL TELETRABAJO REGULADO POR LA LEY

Comunicar al personal que los espacios físicos de las oficinas son seguros, escalonar los procesos de trabajo y hacer cumplir las normativas de seguridad sanitaria son una parte del reto a comunicar en las organizaciones, pero el confinamiento dejó otros grandes cambios, como los legislativos que consistieron en añadir el Capítulo XII Bis, denominado Teletrabajo, a la Ley Federal del Trabajo.

El documento completo está publicado en http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5609683&fecha=11/01/2021, destacaremos que para quienes laboren en esta modalidad, los patrones tienen obligaciones especiales como proporcionar, instalar y encargarse del mantenimiento de los equipos necesarios para el home office, como equipo de cómputo, sillas ergonómicas, impresoras, entre otros; además de asumir los costos derivados del trabajo en casa, incluyendo, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de electricidad. No pasemos por alto que deberán respetar el “derecho a la desconexión” de las personas, al término de su jornada laboral.

La nueva ley establece que para considerar que una persona realiza teletrabajo, es necesario que dedique al menos 40% del tiempo que labora en su domicilio o en cualquier otro lugar ajeno a la oficina.

Entrar al esquema de teletrabajo deberá ser, en esta Nueva Normalidad, una negociación entre patrón y empleado, y deberá estipularse en el contrato laboral. Y aquí entramos a otra tarea, porque las plazas que se anuncien a futuro deberán conocer qué puestos pueden realizarse desde casa, y por tanto abrir una nueva era de perfiles de colaboradores.

UBITS, plataforma de capacitación corporativa en línea, señala que 91% de los gerentes de Recursos Humanos de Latinoamérica modificaron las competencias que requiere el mercado laboral. Señala que las cinco habilidades más importantes en un trabajador contratado en 2021 son adaptación al cambio, análisis de datos, liderazgo, creatividad e innovación y comunicación.

LOS TRABAJADORES YA NO SON LOS MISMOS

Por último, pero no menos importante, ya que analizamos lo que el gobierno pide para salvaguardar la seguridad de los trabajadores, lo que opinan los empleados para dejar el home office, las tendencias físicas de las nuevas oficinas y hasta las leyes que regirán el teletrabajo, hay que hacer un repaso a cómo cambió la salud de los mexicanos por estar confinados, porque es un hecho que el trabajador que mandamos a casa, no está en las mismas condiciones de quien regresará a sus labores. 

La francesa Ipsos, multinacional de investigación de mercados y consultoría, dio a conocer que el promedio mundial de aumento de peso que tuvieron las personas durante el confinamiento fue de 6.1 kilos. Los mexicanos somos quienes nos volamos la cifra y subimos en promedio 8.5 kilos por habitante. Los otros 9 países del top ten son Arabia Saudita, Argentina, Perú, Chile, Sudáfrica, Polonia, Hungría, India y Estados Unidos.

El Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF), realizado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) a finales de 2020, revela que sólo el 38.9% de la población mexicana mayor de edad es activa físicamente, la cifra más baja desde 2013.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que para reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles y depresión, se deben realizar por lo menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, o 75 minutos de actividad vigorosa.

Es así que los trabajadores, además de su sueldo y de negociar las horas de trabajo en casa y las condiciones para regresar a la oficina, ahora también verán como prestaciones aquellas que les permitan estar sanos física y mentalmente, por lo que habrá que seguir de cerca el boom de marcas que se venden como beneficios corporativos y quieren acaparar la atención de las áreas de Recursos Humanos.

Desde CAP, Comunicación y Asuntos Públicos, seguiremos tomando el pulso de las tendencias que marca el regreso a esta Nueva Normalidad, lo cierto es que no hay que ignorar que, como lo decían los más incomprendidos al inicio de la pandemia, el Covid-19 sí llegó para cambiarnos, y con una buena estrategia de comunicación, nosotros diríamos que para renovarnos y evolucionar.

Salir del closet cannabico

De acuerdo con la encuesta que el diario El Financiero publicó en noviembre de 2020 sobre la opinión de las y los mexicanos respecto a la legalización del cannabis en el país, el 58% sigue estando en contra de su legalización, una postura que parece estar más arraigada en personas mayores de 40 años.

En un mercado con una población de poco más de 127 millones de habitantes y con una tasa de consumo de cannabis aproximada de 2.5% (cifras de New Frontier Data), llama la atención que este siga siendo un tema tabú, es decir, que sigamos viviendo dentro del closet cannabico.

Pero ¿cuáles serían los beneficios de asumir públicamente que se es consumidora o consumidor de cannabis?

En primer lugar, ayudaría a construir un diálogo más abierto y profundo que desmitifique y desestigmatice su consumo en un país que está por convertirse en el más grande del mundo en lo que respecta a producción, exportación y consumo de esta planta.

El uso del cannabis no se circunscribe exclusivamente al plano recreativo. Las y los consumidores de cannabis son también quienes —por citar solo algunos ejemplos— consumen gotas de CBD para dormir mejor o reducir su ansiedad; quienes lo usan en productos cosméticos para mejorar la tesitura de su piel; o los pacientes que viven con una desorden alimenticio o que por razones médicas deben incrementar su apetito.

Ayudaría también a comprender que los derechos ganados por unos, no ponen en riesgo los derechos de otros. Es decir, la legalización del uso adulto de la marihuana en México, no significa que quienes estén en desacuerdo con su uso, ahora estén obligados a consumirla. Por el contrario, los reglamentos que deriven de la ley pondrán en orden los lugares donde quienes consumen marihuana puedan hacerlo libremente sin afectar a otras personas.

Además, conforme el tema deje de ser tabú, permitirá el desarrollo de mejores políticas públicas que a su vez sienten las bases para un mejor y mayor aprovechamiento de esta planta que tiene el potencial de generar en México entre 70  mil y 120 mil empleos directos.

Salir del closet no será una tarea sencilla, pero vale la pena dar los primeros pasos.

Cannabis lo que tenemos y lo que sigue

La aprobación hace unas semanas de la ley federal para la legalizar en México el uso adulto de la marihuana (cannabis), sin duda está lejos de ser una ley perfecta pero es, por mucho, un mejor camino que seguir apostando por una política prohibicionista.

De aprobarse en su totalidad, México se convertiría, después de Uruguay, en el segundo país de América Latina en legalizar el consumo de cannabis y además, junto con Canadá y Estados Unidos, consolidaría a Norteamérica como uno de los mercados lícitos más importantes del mundo.

De acuerdo con cifras presentadas en el Cannabis Mexico Summit, el primero de su tipo que se realiza en el país, el mercado cannabico nacional tendría un valor aproximado de 3.2 mil millones de dólares. Si a eso sumamos las capacidades de exportación que México tiene, los beneficios para el país en el mediano plazo son enormes.

Entonces, ¿qué sigue? Uno de los pasos fundamentales será trabajar en la desmitificación del uso del cannabis haciendo hincapié a través de tres vertientes: Socializar los beneficios y aplicaciones del cannabis; entender y aprovechar los límites que plantea la nueva regulación y finalmente, seguir trabajando para mejorar la ley y los reglamentos que de esta devenguen.

Socializar las aplicaciones y beneficios del cannabis.

El uso de cannabis va mucho más allá de fumar marihuana. Tan solo en el ámbito médico actualmente se estudian aplicaciones potenciales en más de 10 áreas terapéuticas entre las que se incluyen oncología, oftalmología, neurología, oncología, dolor e inflamación y dermatología. A esto sumemos que México tiene una robusta industria farmacéutica capaz de desarrollar investigación con capacidad de ser patentada.

Entender y aprovechar las limitaciones que hoy tiene la ley

La reglamentación hoy impide la publicidad de productos que contienen cannabis o que derivan de este a menos que sea publicidad estrictamente dirigida a médicos. Sin embargo, no impide que las empresas que estén interesadas en desarrollar negocios relacionados con cannabis en México desarrollen campañas de educación al respecto, un nicho que puede ser aprovechado desde este momento.

Seguir trabajando para mejorar la ley y los reglamentos que de esta devenguen.

Es cierto que una de las grandes deficiencias del texto aprobado por diputados es que no considera al cáñamo ni su potencial industrial en México, donde a pesar de que ya se usa, las materias primas deben de ser importadas desde otros mercados como China. Uno de los siguientes pasos sería empujar las modificaciones necesarias que ayuden a detonar todo el potencial del mercado mexicano en este rubro.

El pico de la pandemia

El Covid-19 en México, ha cobrado hasta el momento casi 19,100 vidas y más de 159,000 contagios confirmados, esto sin tomar en cuenta los casos sin confirmar debido a la falta de pruebas, lo que ha dejado al país en semáforo rojo y en fase 3 ante esta pandemia.

Desde hace varias semanas se han dado diferentes fechas estimadas sobre el pico de la pandemia en México, primero las autoridades sanitarias dijeron que sería en mayo, después que sería en julio, posteriormente en agosto y esta semana han pronosticado que el pico está por iniciar el 15 de junio, con esto, entendemos que los próximos días serán en los que más se deberán de tomar las medidas de precaución; sin embargo, este sábado todo México inició su día con la novedad de que el semáforo había cambiado a color naranja en prácticamente la mitad del país, así es, de un día para otro en plena fase 3 México había cambiado de color rojo a naranja, esto dando a entender que están disminuyendo los casos y las defunciones, lo cual es erróneo ya que actualmente se tiene un índice de letalidad del 11.80%.

Con dos semanas bajo la llamada y confusa “nueva normalidad”, surgen diversos cuestionamientos sobre el actuar de las autoridades sanitarias, que si bien han dicho que la situación de la pandemia la previnieron desde enero, la escases de medicamentos, camas de hospital, oxígeno y personal médico, cada día va en aumento al igual que el número de contagios; prueba de esto, son las múltiples declaraciones del personal médico, principalmente de los hospitales de salud pública como el IMSS y el ISSSTE así como las manifestaciones en protesta de las condiciones en el que los tienen desempeñando su labor para combatir el virus en los pacientes.

Tristemente se ha tenido conocimiento de los numerosos casos de pacientes con Covid en los que una vez que son internados ya no regresan a sus casas, debido a la complicación de la enfermedad, la falta de oxígeno, la falta de cama, la falta de personal o simplemente el llegar tarde al hospital por no haberse hecho en forma oportuna la prueba ya que las mismas no son accesibles para toda la población; desde esta trinchera es en donde el personal médico ha demostrado la empatía con los pacientes e incluso han ayudado a los pacientes a despedirse de sus familiares a través de sus dispositivos electrónicos como celulares o tabletas, en ese sentido todos nos preguntamos por qué las autoridades sanitarias no pueden tener una empatía similar y  simplemente hacer su trabajo sin poner por encima de la salud de miles de mexicanos la economía que desde el inicio de año ya se proyectaba con una caída significativa en comparación con sexenios anteriores.

El desconcierto ante esta situación es total, pareciera que con solo cambiar un color en el mapa del país los contagios y los muertos disminuirán y la prioridad de las autoridades desde Palacio Nacional  son los indicadores de la felicidad del mexicano, el complot de diversos grupos hacia el Presidente, el incremento del consumo de alimentos como frijol y  maíz, una dieta sencilla por cada mexicano y una vida sin lujo que según el Ejecutivo, da la felicidad plena hoy en día. El día de ayer me enviaron el decálogo que el Presidente anunciaba para combatir el Covid-19, esperaba ver 10 puntos respecto a los cuidados, algo más concreto ante la caótica y mal planeada “nueva normalidad” pero no, el video de más de 10 minutos llevaba puntos según el jefe de Gobierno relevantes: Optimismo, solidaridad y humanidad, en donde una vez más el mandatario pone de manifiesto su rechazo ante métodos científicos y datos claros y concretos, que pudieran dar una mayor sensación a la población de que hay una estrategia real y bien encaminada y que no están siendo víctimas una vez más de la improvisación que caracteriza a la actual administración.

Lo anterior sin duda, no solo es una mala planeación o una ejecución que rebase a cualquier gobierno, es una total y absoluta burla para todo México, en especial para los más de 30 millones de personas que ejercieron la democracia votando por alguien que durante años pidió estar en el poder para mejorar la situación del país en todos los sectores,  que criticó el actuar de cada administración y que ahora no ha podido demostrar que puede hacer un mejor trabajo; situación que ha intentado revertir únicamente desacreditando los índices medibles como lo es el PIB, argumentando que debería de caer en desuso por un intento opaco de medir el bienestar y la felicidad de la población, esto sin olvidar su muy sonada frase de que esta pandemia le vino “como anillo al dedo” a su proyecto de transformación sin importarle los miles de muertos que se acumulan y el consecuente dolor que ha traído a las familias mexicanas.

Este lunes la “nueva normalidad” seguirá, este lunes iniciará de nuevo el caos en el transporte público en horas pico sin una sana distancia, iniciará una semana en donde las autoridades sanitarias proyectaron el famoso pico de la pandemia, con más de 17,000 muertes y con una ocupación hospitalaria al tope, México iniciará una semana en fase 3 pero según las autoridades estamos listos para todo esto si llevamos a cabo una vida con optimismo, con el mismo optimismo con el que se pudo cambiar el semáforo en rojo a color naranja.

Sin ser fifí, chaira, conservadora o neoliberal, simplemente siendo una mexicana preocupada por el bienestar de su familia y de México, espero que los libros de historia que estudiarán nuestros hijos no oculten la situación que está enfrentando el país ante esta pandemia tal y como trata de ocultarlo el gobierno, que la cantidad de decesos y de contagios puedan detenerse y que los mexicanos salgamos de esta crisis sanitaria con un semáforo real y con medidas claras para evitar propagar este virus.

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La economía por encima de la salud

En medio de esta pandemia ocasionada por el Covid-19, los gobiernos comienzan a ceder ante la presión de las fuerzas económicas que se han visto afectadas durante este periodo, un ejemplo claro es la carta que recibió en días pasados el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en la cual 11 Senadores pidieron a Pompeo presionar al gobierno mexicano para incorporar como negocios esenciales a las industrias que proveen a los sectores alimenticios, médicos, de transporte, infraestructura, aeroespacial, automotriz y de defensa; toda vez que mientras México mantenga el cierre de “actividades no esenciales”, las cadenas de suministros seguirán interrumpidas.

Como se puede apreciar en este caso, los grupos económicos en Estados Unidos están ejerciendo presión sobre sus representantes estatales como son los Senadores, para que ellos a su vez ejerzan presión sobre la administración del Presidente Donald Trump, siendo conocedores de que en los 17 meses que va de la administración del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, Donald Trump ha conseguido todo lo que se ha propuesto de la administración mexicana, sobre todo después de que se hiciera pública la parcialidad con la que se impusieron los criterios de “actividades no esenciales” priorizando los caprichos presidenciales como la refinería Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, por más descabelladas que parezcan estas inversiones en momentos como el que se vive actualmente, ya que la refinería no representa bajo ningún análisis una inversión inteligente con los precios del petróleo en niveles mínimos históricos y con una clara tendencia mundial que se dirige hacia las energías limpias y renovables.

Por otro lado, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en múltiples estudios por parte de autoridades aeronáuticas internacionales, han advertido sobre su inviabilidad, elevado costo y que quedará ampliamente rebasado en un corto plazo, igual de incómoda es la situación en la cual se encuentra el proyecto del Tren Maya, que arrancó sin un estudio de impacto ecológico, falta de consultas a los pueblos que se verán afectados por la construcción del mismo y la opacidad con la cual se están entregando las concesiones para construir los tramos férreos.

Pero ya que estos proyectos fueron promesa de campaña del presidente López Obrador, se decidió otorgarles la relevancia para ser actividades esenciales y de esta manera poder continuar ininterrumpidamente dichas construcciones aun cuando una parte muy importante de la sociedad mexicana exigía que esos recursos fueran destinados al combate del Covid-19, poniendo en riesgo de contagio a miles de trabajadores que laboran en fábricas que proveen materiales para continuar con estas obras; por su parte, Donald Trump también quiso aprovechar la actual emergencia sanitaria para enaltecer sus propios proyectos de campaña como lo es el muro fronterizo llegando incluso a enviar un mensaje vía Twitter señalando que los estadounidenses tenían mucha fortuna de tenerlo como Presidente, ya que en sus propias palabras el muro fronterizo ha evitado el cruce de personas infectadas con Covid-19 a Estados Unidos provenientes de México, aunque en innumerables notas periodísticas ha quedado exhibida la ineficacia del muro que ha representado hasta el momento una erogación de varios millones de dólares.

Es en estos aspectos, en donde podemos notar la clara similitud en el discurso de ambos presidentes, al intentar aparentar una imagen fuerte y de tener bajo control la crisis sanitaria, que claramente ha superado los sistemas sanitarios públicos de ambos países siendo Estados Unidos actualmente el epicentro de la pandemia y marcando una clara diferencia en la desigualdad que existe entre los servicios de salud con los que cuenta la gran mayoría de estadounidenses y las clínicas hospitalarias de atención privada a la que tienen acceso la minoría más adinerada de los Estados Unidos. Por su parte, en México ni siquiera se cuenta con datos fiables por parte de las autoridades de cuántos casos de contagios hay en el país, ya que el gobierno se ha rehusado desde un inicio a realizar las pruebas suficientes a la población, llegando a ocupar por la OCDE el vergonzoso último lugar de los países que menos pruebas realizan por habitante, con la intención de informar durante toda la emergencia sanitaria el menor número de casos positivos y de defunciones por Covid-19 con el riesgo que esto conlleva.

Es aquí, en donde toma vital importancia el tan ansiado tema electoral en ambos países, por su parte Estados Unidos llevará a cabo elecciones presidenciales el próximo noviembre, por lo que el Presidente Trump tiene especial interés en reaperturar las actividades económicas y tratar de perder la menor cantidad de empleos posibles que golpearía de manera directa a su base electoral, ya que durante su campaña presidencial él se promovió como el presidente del empleo para los norteamericanos; por otro lado, el Presidente López Obrador teniendo en la mira las elecciones intermedias del próximo año, en donde buscará mantener el control sobre el Congreso de la Unión, intentará reactivar una decaída economía aun con discursos disparatados en donde promete la creación de 2 millones de empleos, aunque en la realidad no se vea de dónde pueden generarse dicha cantidad de empleos en un entorno en el cual la pandemia y la falta de apoyos por parte del gobierno están orillando a cientos de pequeñas y medianas empresas al cierre prácticamente definitivo de sus operaciones, mientras empresas y tiendas como Elektra, propiedad de Grupo Salinas, han mantenido sus operaciones sin cambio alguno a pesar de la falta de garantías sanitarias para sus empleados, pero ya que este Grupo ha sido la empresa más beneficiada con contratos por parte de la actual administración, parece que esta situación puede pasarse por alto.

En ambos casos y con la agenda electoral en puerta, hay un tema que parece imponerse a la salud: la economía. En las mencionadas administraciones queda claro que sus proyectos personales resultan ser más importantes a la hora de destinar recursos, que al fortalecimiento del sistema de salud, en el cual han quedado en evidencia las múltiples fallas como lo es la falta de equipo médico adecuado para atender una emergencia, el escaso número de camas y respiradores artificiales, así como la falta de personal capacitado; esto sin mencionar, el escandaloso sobreprecio en el cual se están adquiriendo los insumos médicos necesarios de último minuto ante la clara falta de previsión por parte del gobierno.

Siendo el factor económico la prioridad de los gobiernos, quienes resultamos ser los más afectados somos la población en general, ya que en México la falta de políticas públicas de la actual administración, deja vulnerables a la mayoría favoreciendo muchas veces a la minoría que son los de mayor poder adquisitivo; un ejemplo claro de planeación en México, es haber desaparecido el servicio de salud al cual tenían acceso las personas de menores recursos económicos en el país (Seguro Popular) y creó con la intención de sustituirlo, al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), sin que este estuviera listo para brindar la atención médica de los afiliados al Seguro Popular, poniendo de esta manera en riesgo a miles de personas en el país. Por su parte, el mandatario norteamericano en su plan presupuestario destina a La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) un incremento del 12% con tal de hacer valer su promesa de que el hombre vuelva a pisar la luna en el año 2024, de igual manera, incluye aumentos importantes en su presupuesto para gastos militares, en contraparte reduce el presupuesto en rubros sumamente importantes como es: vivienda en 15% y protección medio ambiental en 26%, solo por citar algunos ejemplos.

Si bien, esta crisis sanitaria no tiene precedente y según los expertos el ser humano deberá aprender a vivir con el coronavirus por varios años, estos gobiernos en particular aún pueden corregir el rumbo de sus respectivas administraciones privilegiando el gasto en materia de salud por encima de caprichos personales, ya que será de vital importancia para todos los países del mundo tomar medidas no solo para combatir la actual emergencia sanitaria, si no será necesario tomar todas y cada una de las medidas al alcance para inhibir y de ser posible evitar futuros brotes, ya que como ha dejado claro el Covid-19, esta no será la última pandemia a la que se enfrente la humanidad y que ha dejado clara la importancia que debemos darle a la salud, porque si bien es cierto que la economía es vital para las familias, es igual de cierto que no habrá economía sin familias, ya que es importante señalar que si hay un punto que se pudiera considerar “favorable” respecto del Covid-19, es su baja tasa de mortalidad con respecto a enfermedades que pudieran resultar mucho más mortíferas para el ser humano.

Generación pandemia

Por primera vez en la historia de la humanidad, la declaratoria de una pandemia ha orillado a los gobiernos de todo el mundo a llevar a cabo un ejercicio de distanciamiento social con ayuda de los medios de comunicación y las redes sociales, que hoy en día tienen la capacidad de informar de manera casi inmediata a la población sobre los acontecimientos más relevantes, situación que resultó ventajosa ya que de esta manera en varios países del mundo incluyendo México, hubieron personas que se adelantaron al gobierno para practicar el distanciamiento social, logrando así reducir drásticamente el número de contagios.

El pasado martes 21 de abril, el Gobierno Federal de México declaró oficialmente el inicio de la Fase 3 de la pandemia en México, lo que significa que a partir de ahora, la cantidad de contagios serán a la alza y la proyección apunta a que la epidemia alcanzará su punto máximo entre el 6 y 13 de mayo. Esto implica, que la principal medida que se deberá de mantener, será el aislamiento cuando menos al próximo 30 de mayo.

Derivado de esto, hoy en día cobran mayor importancia preguntas como: ¿Qué va a pasar cuando la emergencia sanitaria termine?, ¿Seguiremos igual o ajustaremos algunas actividades o estrategias?; ya que esta pandemia nos ha llevado a una situación tan insólita que sin duda será un cambio para muchas generaciones.

Aunque no hay un consenso para el término de “generación”, se podría definir como el conjunto de personas que, por nacer en fechas próximas o recibir alguna educación e influjos culturales y sociales semejantes, se comportan de manera afín o comparable en algunos sentidos, es por esto, que los efectos derivados de la pandemia por el covid-19, como la suspensión de actividades comerciales y administrativas, el cierre de las escuelas a todos los niveles educativos, centros religiosos, la cancelación de importantes eventos nacionales e internaciones, y lo que puede ser más impactante para todos: el aislamiento social, que hasta el momento, solo habíamos podido imaginar en alguna película de ciencia ficción; se trata de un periodo con unas características nunca antes vividas y que marcará un hito que recordará la historia.

Por la relevancia de esta situación, se ha venido manejando en diversos medios de comunicación, el anunciar el surgimiento de una nueva generación en la que muchos nos veríamos reflejados desde diferentes perspectivas pero que sin duda, cambiará drásticamente la manera en la que desarrollamos nuestras actividades en el día a día.

Las referencias de las generaciones que en los textos de marketing más se mencionan son: la generación de los Baby Boomers (1949-1968), la generación X (1969-1980), o de los Millennials (1981-1994); en general, los grandes cambios sociales, culturales, o hechos históricos de impacto, han dado pie al surgimiento de estas generaciones y no cabe duda que la cuarentena en la que se encuentra el mundo puede dar inicio a una generación denominada Pandemia, al menos en México esta generación será constituida por diferentes grupos poblacionales que han vivido esta crisis sanitaria de diversas formas, pero siempre con un cambio en alguno de sus hábitos más simples como es el contacto físico y la higiene de manos.

Las principales características que definirán a esta generación serán:

  • Constante higiene de manos.
  • Uso de cubre bocas e incluso guantes desechables al salir de casa.
  • Aislamiento social indeterminado en algunos países.
  • Al regresar a casa desinfectar y/o lavar todo lo que estuvo expuesto en la calle desde zapatos, ropa, llaves, celular, objetos adquiridos en alguna compra, interior de los vehículos, etc.
  • Suspensión de actividades comerciales, religiosas, deportivas y educativas.
  • Implementación de clases a distancia en todos los niveles educativos.
  • Home office para muchas empresas e instituciones públicas que nunca antes lo habían implementado.
  • Acceso restringido a una sola persona por familia para poder realizar compras en supermercados.
  • Incremento de compras online.
  • Convivencia con familiares únicamente a través de videoconferencias.

Y puede ser que esta lista siga creciendo con el avance de la pandemia por el covid-19, sin embargo, formarán parte de la rutina diaria hasta que el coronavirus sea declarado bajo control por las autoridades sanitarias a nivel mundial.

La generación pandemia, también será conformada por aquellos niños y niñas que están naciendo en circunstancias que sus padres nunca se hubieran imaginado, en donde las instituciones de salud tanto públicas y privadas deberán de tener un control médico más riguroso, tanto con el bebé como con la madre durante los cuidados prenatales como en la etapa post parto, incluso los familiares y amigos solo podrán conocerlos a través de fotos o videos (si es que cuentan con los medios tecnológicos para poder llevarlo a acabo), sin saber hasta cuándo podrán estar físicamente con el nuevo integrante de la familia.

Otra circunstancia mencionada en los puntos anteriores, es el home office que las empresas han implementado y que las instituciones públicas tuvieron que poner también en marcha, actividad que de igual forma requiere del uso de la tecnología, la persona que labore desde su casa deberá de contar con algún dispositivo móvil o equipo de cómputo dependiendo de sus actividades y por supuesto tener conexión a internet; ya que sin éstas herramientas el home office no es productivo para ninguna empresa ni viable para el trabajador.

En México, lo que más ha llamado la atención es la suspensión de actividades escolares, poniendo en duda las fechas en que concluirá el ciclo escolar y si los estudiantes podrán concluirlo de manera satisfactoria por dicha suspensión; y es más preocupante debido a las brechas de desigualdad que existen en el país y el programa “Aprende en Casa” que ha implementado la Secretaría de Educación Pública (SEP) que se ha realizado a través de internet y televisión.

Para quienes contamos con equipo de cómputo, dispositivo móvil, conexión a internet y televisión, lo anterior suena bastante cómodo y fácil por realizar, pero desafortunadamente en México no todas las familias cuentan con estos medios para poder llevarlo a cabo.

En febrero de este año, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) publicó que en 2019 se contabilizaron 80.6 millones de usuarios de Internet, que representan el 70.1% de la población mexicana de seis años o más. La ENDUTIH 2019 presentó resultados para los ámbitos urbano y rural, siendo de 76.6% para la zona urbana y de 47.7% en la rural.

Por otra parte, la encuesta estima que en 2019 hubieron 20.1 millones de hogares que dispusieron de Internet, lo que representa el 56.4% del total nacional, ya sea mediante una conexión fija o móvil, mientras que la proporción de hogares que disponen de computadora registró un 44.3%.

Los televisores son los bienes de mayor penetración en los hogares, ya que en 2019 el 92.5% contó con al menos uno. Respecto del tipo de televisor disponible en los hogares, la ENDUTIH revela que el 76.5% de ellos cuentan con al menos uno de tipo digital. Tomando en cuenta que todos los hogares con televisor digital están habilitados para recibir señales abiertas, otro conjunto de interés es aquel que, aunque sólo dispone de televisor analógico, cuenta con señal de televisión de paga que le permite recibir señales digitales; los resultados de la ENDUTIH 2019 arrojaron que éstos representan un 8.7% de los hogares con acceso a la señal digital.

Por su parte, los hogares que cuentan con un televisor analógico y reciben señal por medio de un decodificador representan un 5.1% del total. De esta manera, el 96% de los hogares del país reciben la señal de televisión digital a partir de alguno de los tres medios mencionados anteriormente: televisor digital, señal de televisión de paga o decodificador.

En ese sentido, ¿Qué pasará con el porcentaje de la población que no cuenta con conexión a internet, televisión, dispositivos móviles y equipos de cómputo para sobrellevar adecuadamente el aislamiento social? Será conveniente desarrollar e implementar una estrategia educativa y digital que se adapte a las brechas de desigualdad de los hogares mexicanos, de igual forma las instituciones públicas e iniciativa privada deberán actualizar sus manuales de operación para los trabajadores que no puedan llevar a cabo un home office por carecer de estos instrumentos tecnológicos y que el trabajo desde casa no implique un gasto que sea absorbido por el trabajador, privando a la familia de recursos indispensables para la adquisición de insumos básicos durante el aislamiento social.

La generación pandemia se enfrenta a situaciones y límites no deseados, pero que también pueden ser ventanas de oportunidad para las iniciativas públicas y privadas que sin duda, no planearon alguna estrategia para este tipo de crisis sanitaria; más aún, los que no se habían sumado totalmente a la transformación digital, que seguramente han sufrido un mayor impacto.

Sin embargo, como bien dice el dicho “nada es para siempre” y la emergencia sanitaria llegará a su fin, todos podremos salir a las calles para reanudar nuestras actividades cotidianas y deberemos de tomar en cuenta las debilidades de cada uno durante esta pandemia para mejorar y convertirlas en fortalezas, replanteando y  organizando desde estrategias hasta estilos de trabajo.

En la vida personal, la generación pandemia también aprenderá a disfrutar cada día, ya que no se sabe cuándo se viva una nueva emergencia sanitaria.

Aspectos personales y familiares a tomar en cuenta en esta crisis

Pero el aspecto médico y físico no es el único que se verá afectado, la economía y las finanzas también se enfrentan a la problemática del Covid-19, puesto que las actividades y los empleos pueden verse fuertemente afectados debido a las restricciones que los gobiernos y las autoridades pongan en las actividades diarias.

SEGUROS MÉDICOS

Es un buen momento para verificar la cobertura de pólizas de seguros de gastos médicos mayores puesto que hay que revisar si tenemos alguna que nos cubra en caso de pandemias. Algunas aseguradoras no cubren eventos de gran magnitud como enfermedades que afecten de forma espontánea y sin control a la población.

SERVICIOS FINANCIEROS

Conocer las limitaciones de los servicios financieros en lo mementos de crisis es fundamental en la medida que estos servicios dejarán de ser presenciales para pasar a ser casi en su totalidad en línea. Se llevarán a cabo muchos programas de apoyo por la banca privada para todos aquellos usuarios de créditos en todas sus modalidades, es muy recomendable logra hacerse de estos beneficios que durante un periodo permitirá destinar todos los recursos económicos a palear las necesidades básicas de la familia y no a pagar deudas.

GASTOS INDISPENSABLES

Particularmente en esta pandemia, es muy importante mantener áreas de trabajo y de vivienda limpias y bien aseadas, por lo que no hay que escatimar en cuanto a recursos de limpieza. Hay que tener listo el gel antibacterial y comprar alimentos vitamínicos pues esto es una buena inversión en caso de que empeore la situación. No hacer gastos fuertes que no tengamos previstos como viajes o estancias en lugares lejanos.

NO MIEDO

Cabe resaltar que no hay que caer en el miedo colectivo con el avance del coronavirus. Las compras de pánico son un ejemplo de lo que hay que evitar. No hay que gastar en tratamientos médicos costosos, pues es sabido que hasta ahora no se ha encontrado un remedio definitivo. Lo mejor es mantenerse informado mediante los comunicados publicados por autoridades como la Organización Mundial de la Salud y las autoridades de salud del país.

El marketing en tiempos de coronavirus

Sin duda, las últimas semanas han sido de bastante incertidumbre por la pandemia de coronavirus que azota al mundo y para nadie es un secreto que ningún país está preparado para recibir este tipo de crisis sanitaria, sin embargo, hay que reconocer también que el mundo será otro después del covid-19, tanto en economía, mercados, prevención sanitaria, de la misma manera lo hemos visto en materia de comunicación y en la forma en que las empresas harán un marketing efectivo.

En el sector privado, mientras algunas empresas han suspendido operaciones por prevención contra el covid-19, otras han ajustado su producción para fabricar insumos que hoy en día son prioritarios para la población como lo son guantes, gel antibacterial, respiradores, etc; los sectores son desde el automotriz, energía, construcción, hasta moda y belleza; el objetivo principal sin duda es ayudar, pero al mismo tiempo la adaptación de las empresas a la circunstancia actual refleja esa empatía ante la crisis que la gente quiere ver en lugar de un spot en horario estelar y que sin duda, genera mayores beneficios que una inversión publicitaria, pues al mismo tiempo logra proyectar una buena imagen para la marca.

En México, de los primeros ejemplos que pudimos ver fue por parte de Grupo Modelo, quienes anunciaron la entrega de 300 mil botellas de alcohol de gel antibacterial para las unidades y hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), dicho producto fue elaborado con una concentración de alcohol de 70 por ciento a partir del extraído del proceso de fermentación de la cerveza Corona Cero, en la planta de Tuxtepec, Oaxaca. Por lo cual, no tuvieron pérdidas generando un producto nuevo, adaptaron sus insumos, no invirtieron grandes cantidades en publicidad y la acción de entregarlas a la Institución de Salud Pública más grande de México fue el mejor acierto mercadológico que pudieron hacer ante esta pandemia.

Este tipo de medidas también controlan financieramente el bache económico de la actual situación y a su vez, postergando gastos en publicidad y mercadotecnia que muchos anunciantes tienen mensualmente con diversos medios de comunicación como electrónicos, digitales, impresos y exteriores.

Por otro lado los medios de comunicación, tienen un gran reto ya que el llamado de las autoridades a mantener al mayor número de personas en sus casas, como medida de control ante la pandemia del covid-19, podría convertirse en una ventana de oportunidad o debilidad para las empresas de medios de comunicación en México.

Con menos gente en la calle, es de suponerse que hay más personas frente a sus televisores con necesidad de información o entretenimiento, lo que incrementa las posibilidades para las televisoras de tener a más personas viendo sus canales, ganar rating e incrementar anunciantes.
El problema es, que para las televisoras la pandemia y las complicaciones económicas que se generen son inciertas, por lo que aún es una incertidumbre lo que esta coyuntura podría generar para los negocios de publicidad y contenidos de estas compañías. La problemática no solo radica en la falta de anunciantes, sino en mantener atractiva su barra programática; por ejemplo, la suspensión de eventos deportivos ocasionados por el aislamiento social, lo cual provocó que canales como ESPN y Fox Sports, dejaran de transmitir contenidos en vivo porque no hay deportes que narrar y los comentaristas también están en sus hogares.

Un caso que sobresale ante esta incertidumbre económica y menor gasto en publicidad, es el del aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio, el cual originalmente se tenía previsto realizar este verano, pero ahora tendrán lugar en 2021.Esta postergación podría generar un retraso o incluso la cancelación de los beneficios por ventas de publicidad y otros vinculados que atrae a millones de espectadores a las pantallas, un hecho que coincide con el aplazamiento del gasto de publicidad en las empresas.

En México, otra cara de la publicidad en tiempos de coronavirus se ha visto en el sector público, que si bien ha invertido tiempo, recursos y esfuerzos, la campaña de #QuedateEnCasa no ha podido lograr el objetivo de generar conciencia en los mexicanos, quienes siguen llenando las playas pensando que son vacaciones, situación que ha tenido que ser tomada por parte de los gobiernos estatales, al grado de tomar la decisión de cerrar completamente las playas.

Es un hecho que las ruedas de prensa diarias nos actualizan de la situación respecto a la pandemia, pero aún falta fortalecer los mensajes para la población. La estrategia de comunicación del gobierno se tiene que ampliar, las campañas preventivas sobre el cuidado y las medidas de higiene adecuadas para evitar que se propague el virus que podría llegar a colapsar el sistema de salud son necesarias, sin embargo, el crear un personaje como “Susana Distancia” y difundir hasta 9 diferentes spots con este personaje por tiempos oficiales, están lejos de ser la estrategia adecuada.

Ampliar la estrategia deberá de consistir en tomar en cuenta tres cosas: los diferentes grupos a los que se debe de informar , los medios de comunicación a los que están expuestos y los mensajes para cada grupo. Lo anterior, debido a las personas que no se quedan en sus casas, ya sea por su trabajo o porque simplemente no les interesa el aislamiento social, esta población es a la que no solo se le debe de dar el mensaje del correcto lavado de manos, si no también se les deberá de informar las medidas a tomar en la calle, sus trabajos y en los medios de transporte que utilizan; así como el tipo de medio de comunicación a los que estarán expuestos, ya que no solo será televisión como los que cumplen con el aislamiento social en sus casas.

De igual forma, se deberá de comunicar de manera concreta a la población más afectada por el aislamiento social, las medidas a tomar frente a la inminente crisis económica consecuencia de esta pandemia. Si bien se realizó un anuncio el pasado 5 de abril por parte del presidente López Obrador, respecto al Plan de Reactivación Económica para enfrentar los efectos de la pandemia por COVID-19, en el mismo no hay medidas concretas de dicho plan ni el cómo se realizará.

Tomando en cuenta que en dicho plan también se anunció la reducción de gastos de publicidad, no se vislumbra en un futuro cercano que se lleve a cabo una estrategia de comunicación de 360 grados como debe de hacerse ante este tipo de crisis sanitarias. Por lo cual, al menos en México el comportamiento mercadológico ha sobresalido de manera positiva por la iniciativa privada y no por el gobierno como en otros países.

En tiempos de coronavirus, no hay otra estrategia de marketing efectiva más que la adaptación a los nuevos mercados, a los diferentes medios y formas de comunicación sin la necesidad de generar gastos excesivos.

 

“No compre participación en el mercado. Averigüe cómo ganárselo”

Philip Kotler

La crisis impulsa un cambio cultural en las empresas

El coronavirus obliga a tomar decisiones de urgencia a todos los niveles para minimizar, en la medida de lo posible, su impacto sanitario, social y económico. La cultura empresarial juega un papel relevante a la hora de tomar la drástica y obligada decisión que las empresas (grandes y pymes) han tenido que tomar al enviar a sus empleados a trabajar desde casa con el fin de tratar de mantener su actividad diaria sin que el negocio se vea muy afectado y sin poner en riesgo la salud de sus empleados.

El cambio cultural será importante en las organizaciones, consiguiendo que empresas reacias a estos nuevos modelos de trabajo y de gestión del tiempo, se aboquen a probarlos por obligación, comprueben su viabilidad y sus beneficios no sólo para los empleados, sino también para la productividad y los costos de la compañía, incluso, decidiendo mantener el modelo de forma permanente después que pase la tormenta y todo retorne a la normalidad.

¿La importancia del compromiso y los valores?, esto ahora se pondrá a prueba, las medidas de conciliación, igualdad y flexibilidad laboral jugarán un papel fundamental en el compromiso de las personas con la organización en situaciones difíciles, y ayudará a construir la cultura empresarial, que es una suma de creencias, normas, actitudes, valores, supuestos y maneras de trabajar que comprometen a las plantillas con la organización.

El cambio cultural, una mayor aceptación del trabajo desde casa y la inmersión digital acelerada al que se han visto obligadas muchas empresas, sería la mejor secuela que el coronavirus podría dejar a nuestro tejido empresarial.

El siguiente listado con 5 recomendaciones clave que pueden facilitar una adaptación más ágil y eficiente de las organizaciones.

  • Fomentar el trabajo desde casa. Es una fórmula exitosa que suele mejorar el rendimiento del trabajador y su engagement o sentimiento de pertenencia con la empresa.
  • Mejorar la digitalización. Es imposible mandar a nuestros empleados a desarrollar sus tareas desde casa sin haber llevado a cabo antes una digitalización de nuestros procesos. Contar con servidores alojados en la nube, correctamente protegidos, agilizará las respuestas de nuestra organización desde cualquier punto del mundo.
  • Aumentar la flexibilidad. La persona que trabaja desde casa por la necesidad de cuidar a un familiar no siempre puede ejercer su labor en un horario rígido y férreo, con reuniones y entregas inamovibles. Implantando una comunicación interna fluida es más fácil conocer sus necesidades y limitaciones y poder adaptar el ritmo del trabajo sin perder horas de productividad. Por tanto hay que evitar la rigidez.
  • Potenciar los encuentros virtuales. Contar con sistemas de teleconferencia, multiconferencia, videoconferencia y telepresencia puede ser muy útil en casos como los que vivimos hoy en día. Es una vía rápida, accesible y cada vez más asentada para abordar proyectos de trabajo y estrategias de equipo evitando desplazamientos innecesarios.
  • Impulsar el lado más humano. Sentido común y empatía ¡que no “cunda el pánico”! En estos momentos de incertidumbre para todos es de crucial importancia aplicar el sentido común y el raciocinio apoyando a los compañeros de trabajo que más ayuda pueden necesitar o que sientan mayor temor ante una situación impredecible.