La Agencia Internacional de Energía (IEA) auguraba que éste sería el año de mayor crecimiento en la venta de los vehículos “verdes”, debido a que 2020 representó un 40% de aumento en la comercialización de dichas unidades. El Global Electric Vehicle Outlook 2021 de la IEA dio a conocer que a nivel mundial, el año pasado, se vendieron 3 millones de autos eléctricos en todo el mundo. El parque vehicular sería entonces superior a los 10 millones, esto si se agregan unidades comerciales, camiones pesados y autobuses con esta tecnología.
México aporta una pequeña cantidad a estas cifras mundiales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su registro administrativo de industria automotriz de vehículos ligeros, en 2020 se vendieron 24 mil 405 unidades “verdes”, de las cuales 449 son totalmente eléctricas. Para tener un panorama general, en cuanto a vehículos ligeros totales, en México se vendieron más de 949 mil unidades, en 2020.
EL GOBIERNO LO IMPULSA
En nuestro país existe una serie de incentivos para quienes tienen un auto híbrido o eléctrico; por ejemplo:
- No se paga ISAN, el cual es un impuesto que se basa en el precio de venta del vehículo, incluidos aquellos accesorios opcionales normales o de lujo. Se le cobra al comprador por parte del ensamblador, fabricante, distribuidor o el comerciante autorizado, sin considerar aquellas rebajas, descuentos o bonificaciones especiales.
- La Comisión Federal de Electricidad apoya con la instalación de los medidores independientes en el domicilio, lo que permite que la tarifa 01 no suba a Doméstica de Alto Consumo (DAC) y con ello se evite el aumento de gasto en el recibo de manera significativa. Incluso, la compañía indica que con este apoyo, el recorrido en un auto eléctrico será de 40 a 60% más económica que con uno de gasolina.
- La mayoría de los estados hacen que los vehículos “verdes” no paguen tenencia; además de que si son registrados con tecnologías que no producen emisiones contaminantes, están exentos de la verificación semestral y no son parte del programa “Hoy No Circula”.
- En el Ciudad de México y Estado de Mexico se ofrece un engomado “E” para identificar a los vehículos elé En promedio se renuevan cada 8 años. Además, se otorga una placa especial de “auto verde”.
OTRAS VOCES A FAVOR
Fuera del gobierno, también existen apoyos de empresas y bancos para impulsar esta parte del sector automotriz. BBVA México; por ejemplo, dio a conocer que para el cierre de 2021 pretendía colocar al menos 2 mil créditos de estos autos, en una sociedad con mil 440 agencias. Para sus clientes ofrecería una tasa de interés preferencial de 10.99%, a partir de enganches de 35% del valor del vehículo “verde”.
Como usuarios, el papel del ahorro parecería muy convincente. De acuerdo con la aseguradora guros.com, en promedio un auto circula en una ciudad un promedio de 20 mil kilómetros cada año. Como un cálculo, la red de estaciones de carga ChargeNow indica que un BMWi3, si fuera de gasolina, demandaría para este recorrido cerca de 33 mil pesos de combustible; mientras que en carga eléctrica, por el mismo número de kilómetros, gastaría 7 mil 760 pesos. El costo estimado por circular un kilómetro en este auto eléctrico es de 39 centavos mexicanos; mientras que en gasolina magna es de $1.65 pesos.
La propia industria automotriz también cambia su jugada alrededor de estas tecnologías. En México; General Motos, Ford y e.Go Mobile, con sedes en Coahuila, Edomex y Monterrey, respectivamente, iniciaron modificaciones en sus plantas para producir modelos eléctricos.
Volvo simplemente anunció que para 2030 todo su portafolio será únicamente con esta tecnología. Al igual que Porsche, apuestan por desplegar electrolineras en el país. Foxconn Technology Group, firma taiwanesa, anunció que su planta de vehículos eléctricos en América tiene altas posibilidades de establecerse en México.
Sin embargo, a pesar del crecimiento en ventas en este sector, los dueños de los vehículos híbridos representan un 2.6% del mercado total de autos vendidos en el último año; mientras que los eléctricos son un 0.05% de las ventas.
En entrevista para El Financiero, Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), destacó que según sus expectativas, es necesario que el país cuente con combustibles suficientes en 20 años, debido a que a pesar del aumento en la compra de autos más ecológicos como son los híbridos, todavía se siguen moviendo unidades con gasolina.
La explicación es sencilla, el costo promedio de los autos de la mayor parte de los mexicanos es de 300 a 350 mil pesos; mientras que el mercado de los híbridos arranca en los 350 mil pesos y sube hasta los 2 millones por una unidad de lujo.
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EL CONSUMO SE MUEVE DE LUGAR
El hecho de que más empresas fabriquen este tipo de automóviles no representa que sus costos disminuyan, así lo explica también Brais Alvarez Gallardo, Automotive Account Manager de la consultora J.D. Power México: “Sí es importante que se produzcan (automóviles eléctricos) en México, porque eso permite una evolución en la industria nacional para que siga generando empleos y bienestar, pero hay que reconocer que la manufactura de autos en el país está pensada para exportación, no para mercado interno”.
Además, da en un punto importante: “La manufactura de baterías sigue siendo el principal peso en el costo de los autos, y estos reducirán su precio conforme avance este desarrollo, no porque se hagan estos autos en el país. Se espera que en 2030, a nivel mundial alrededor de 45% de los autos vendidos sean “verdes”, pero para México se proyecta que no represente ni 5%”.
Por un lado es el poder adquisitivo el que está en juego, pero cuando hablamos de autos también se debe considerar el mantenimiento de las unidades. Los autos híbridos o totalmente eléctricos tendrían mayor complejidad tecnológica en sus averías, y esto se relacionaría también con el suministro de los componentes.
Un estudio realizado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en colaboración con Ford, reveló la susceptibilidad a las interrupciones de la cadena de suministro para la producción de estos autos. Publicado en la Environmental Science & Technology de la American Chemical Society (ACS), incluye datos interesantes, como el hecho de que un auto está compuesto por más de 2 mil materiales distintos que están fabricados con 76 elementos químicos diferentes.
Los investigadores recopilaron información sobre los compuestos que forman las 350 mil piezas que, en promedio, se utilizan para construir siete vehículos del mismo fabricante, que cuentan con diferentes niveles de electrificación. Algunos resultados fueron que, en comparación con los modelos convencionales, los vehículos híbridos enchufables y los híbridos completos que se recargan con la energía del motor de combustión tienen el doble de riesgo de sufrir un incremento en el costo de sus materias primas. Este resultado equivale a un aumento de mil millones de dólares si se considera una flota de un millón unidades.
Los componentes que más contribuyen a aumentar el riesgo de un incremento en el costo son las baterías, con elementos como el cobalto, el grafito, el níquel o el neodimio. Sin embargo, el cambio tecnológico que supone la hibridación en los sistemas de escape y la transmisión, reduce el impacto de materiales como el paladio y el aluminio.
El documento concluye que a medida que los fabricantes aumenten la producción de vehículos eléctricos para satisfacer el incremento de la demanda, es posible establecer planes para reducir los riesgos de incremento en las materias primas, pero esto sería al pensar también en la sustitución de algunos materiales por otros más abundantes, y a una estrategia basada en el reciclaje.
Y es que el tema de las materias primas no es menor, porque si bien por un lado se habla de las emisiones que estos vehículos ahorrarían, por otro también está el tema de qué tan desechables pueden ser sus piezas.
Autocasión, empresa del mundo del motor que pertenece a Vocento, uno de los grupos de comunicación multimedia líder en España, dio a conocer un estudio en el que señala que las baterías de litio no son inocuas para el planeta, además de subrayar la escasez de este mineral y el problema ecológico que traería consigo.
Como “pesadas y caras” son calificadas las baterías de los autos totalmente eléctricos, pero fuera de ello, señalan que están hechas de materiales mucho más escasos que el petróleo. Por otro lado, detallan que el proceso de tratamiento de las baterías de ión de litio como residuo es muy caro y apenas se recuperan el 50% de los componentes de las mismas, en el mejor de los casos sería un 80%, esto sin contar que el procedimiento para recuperar esos materiales es altamente contaminante y emite CO2.
El papel de los fabricantes, dicen, es apostar por la reutilización de estas baterías en lugar de desecharlas o reciclarlas. Incluso, “cuando el rendimiento de las baterías de ión de litio cae y ya no son utilizables como reserva de energía para fines principales como los coches eléctricos, se destinan a otros usos como sistemas de alimentación de emergencia, para iluminar campos de futbol o incluso para estaciones de carga o «electrolineras»”.
La misma investigación destaca que la demanda de cobalto y litio estaría muy lejos de ser ecológica y sostenible porque no es renovable ni infinita, por lo que urgiría encontrar alternativas de elementos.
“El problema es que el litio no es una solución al problema del petróleo, ya que nada menos que el 85% de las reservas mundiales de este elemento químico están en Argentina, Bolivia, Chile y Perú, especialmente en Bolivia, cuya situación de inestabilidad actual está muy lejos de ser una casualidad ahora que la demanda de litio se ha disparado”.
Mientras que el ahorro de combustible supone un gran aliciente para acercar a los usuarios a este mercado, hay que considerar que en México los presupuestos para adquirir los llamados autos “verdes” no son accesibles para la mayoría, y que el precio de estos no bajará en el corto plazo. Por otro lado, lo que ahora nos supone liberar la relación de movilidad asociada con el petróleo, nos lleva también a la búsqueda de otro mineral (el litio), que no es renovable; eso sin contar la contaminación que creará el desecho de las baterías de los autos eléctricos.
Los especialistas apuntan a que para tener un futuro de movilidad eléctrica, la respuesta estaría en las pilas de combustible a base de hidrógeno, el cual es mucho más abundante y todas las naciones tienen acceso al mismo. Sin embargo, la migración de combustible a eléctrico se ve todavía en pequeños pasos, y la búsqueda de otras tecnologías queda en un tercer plano.
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